viernes, 16 de octubre de 2015
LITERATURA CONTEMPORANEA
LITERATURA CONTEMPORÁNEA
La literatura contemporánea
engloba la producción literaria “occidental” (producida en Europa
y América) durante la Edad Contemporánea, es decir, a partir de la época
de las revoluciones (tanto la Americana como la Francesa). Es un concepto
difícil de aplicar a la literatura dado la intrínseca imbricación de la mayoría
de las obras con sus antecesoras históricas, pero en este caso es un concepto
definido más por valores de originalidad y ruptura estética que por cuestiones
puramente cronológicas. Al igual que el arte moderno, la literatura
contemporánea -también llamada moderna- se conoce así no únicamente por haber
sido escrita sobre todo a partir del siglo XIX, sino por romper drásticamente
con lo anterior.
Esta literatura contemporánea ha vivido varios
movimientos o estilos literarios bien definidos:
El primero fue el romanticismo, un movimiento
no sólo literario sino también cultural y político. El rechazo de la razón, la
libertad como causa suprema, y el sentimiento por encima de todo crearon obras
basadas en el predominio del “yo”, la evasión y la libertad formal. Goethe,
Walter Scott, Lord Byron, José Zorilla, Espronceda o Mary Shelley son algunos
de los autores más representativos de esta escuela.
Tan representativa fue la anterior que la siguiente
etapa del movimiento literario se conoció como postromanticismo, aunque
básicamente es un concepto artificial que designa al parnasianismo, el
simbolismo y el decadentismo, tres “evoluciones” diferentes del anterior tronco
romántico.
El siguiente movimiento unificado llegó a mediados
del siglo XIX y se conoce comorealismo o naturalismo. Fue a su modo una
reacción a los excesos románticos; conservó el costumbrismo anterior pero se
libró del sentimentalismo, la fantasía y la anarquía formal. Nació con él la
novela social, reflejo literario de la nueva sociedad de clases, y la novela
psicológica, preocupada de los temperamentos y las motivaciones. Dickens, Pérez
Galdós, Dostoievski, Émile Zola y Flaubert son algunos de los autores más
representativos del movimiento.
Tras ellos llega la experimentación propia del Modernismo,
que aunque en España se ciñe a una serie de autores concretos
internacionalmente se conoce como el inicio de las vanguardias. El elitismo
frente a la cultura de masas, la de construcción y la experimentación
encontraron en Hemingway, Proust, Joyce, o Virginia Woolf algunos de sus
mejores exponentes.
Tras la Primera Guerra Mundial la literatura entró
de lleno en las vanguardias. Primero
con el futurismo, el dadaísmo y el
surrealismo, luego con una serie casi incontable de estilos personales y pura
experimentación literaria. Jorge Guillén, Salinas, García Lorca, Luís Cernuda o
Dámaso Alonso en España; Neruda, Huidobro y Mistral en Latinoamérica, Beaovir o
Camus en la escena internacional so
n algunos de los más claros exponentes de este
estilo.
Características
El narrador ya no es omnisciente
El lector tiene que adoptar una postura activa
frente a lo que le es contado, ya que lo narrado no aparece como algo
perfectamente explicado.
Se rompe con las unidades de tiempo y realidad, el
desarrollo de la obra es ahora sin principio ni fin, los personajes aparecen y
desaparecen, en ocasiones las historias ocurren en un día; sin que interese lo
que pasa antes o después.
La historia que se narra es una justificación para
que el autor exponga sus propios criterios sobre el argumento o las
situaciones que en ella se plantea.
Aparece la figura del protagonismo colectivo, donde
apenas se caracteriza a los personajes, pues sobre el individualismo interesan
más el sentimiento y las relaciones sociales.
LITERATURA CONTEMPORÁNEA
La literatura contemporánea
engloba la producción literaria “occidental” (producida en Europa
y América) durante la Edad Contemporánea, es decir, a partir de la época
de las revoluciones (tanto la Americana como la Francesa). Es un concepto
difícil de aplicar a la literatura dado la intrínseca imbricación de la mayoría
de las obras con sus antecesoras históricas, pero en este caso es un concepto
definido más por valores de originalidad y ruptura estética que por cuestiones
puramente cronológicas. Al igual que el arte moderno, la literatura
contemporánea -también llamada moderna- se conoce así no únicamente por haber
sido escrita sobre todo a partir del siglo XIX, sino por romper drásticamente
con lo anterior.
Esta literatura contemporánea ha vivido varios
movimientos o estilos literarios bien definidos:
El primero fue el romanticismo, un movimiento
no sólo literario sino también cultural y político. El rechazo de la razón, la
libertad como causa suprema, y el sentimiento por encima de todo crearon obras
basadas en el predominio del “yo”, la evasión y la libertad formal. Goethe,
Walter Scott, Lord Byron, José Zorilla, Espronceda o Mary Shelley son algunos
de los autores más representativos de esta escuela.
Tan representativa fue la anterior que la siguiente
etapa del movimiento literario se conoció como postromanticismo, aunque
básicamente es un concepto artificial que designa al parnasianismo, el
simbolismo y el decadentismo, tres “evoluciones” diferentes del anterior tronco
romántico.
El siguiente movimiento unificado llegó a mediados
del siglo XIX y se conoce comorealismo o naturalismo. Fue a su modo una
reacción a los excesos románticos; conservó el costumbrismo anterior pero se
libró del sentimentalismo, la fantasía y la anarquía formal. Nació con él la
novela social, reflejo literario de la nueva sociedad de clases, y la novela
psicológica, preocupada de los temperamentos y las motivaciones. Dickens, Pérez
Galdós, Dostoievski, Émile Zola y Flaubert son algunos de los autores más
representativos del movimiento.
Tras ellos llega la experimentación propia del Modernismo,
que aunque en España se ciñe a una serie de autores concretos
internacionalmente se conoce como el inicio de las vanguardias. El elitismo
frente a la cultura de masas, la de construcción y la experimentación
encontraron en Hemingway, Proust, Joyce, o Virginia Woolf algunos de sus
mejores exponentes.
Tras la Primera Guerra Mundial la literatura entró
de lleno en las vanguardias. Primero
con el futurismo, el dadaísmo y el
surrealismo, luego con una serie casi incontable de estilos personales y pura
experimentación literaria. Jorge Guillén, Salinas, García Lorca, Luís Cernuda o
Dámaso Alonso en España; Neruda, Huidobro y Mistral en Latinoamérica, Beaovir o
Camus en la escena internacional so
n algunos de los más claros exponentes de este
estilo.
Características
El narrador ya no es omnisciente
El lector tiene que adoptar una postura activa
frente a lo que le es contado, ya que lo narrado no aparece como algo
perfectamente explicado.
Se rompe con las unidades de tiempo y realidad, el
desarrollo de la obra es ahora sin principio ni fin, los personajes aparecen y
desaparecen, en ocasiones las historias ocurren en un día; sin que interese lo
que pasa antes o después.
La historia que se narra es una justificación para
que el autor exponga sus propios criterios sobre el argumento o las
situaciones que en ella se plantea.
Aparece la figura del protagonismo colectivo, donde
apenas se caracteriza a los personajes, pues sobre el individualismo interesan
más el sentimiento y las relaciones sociales.
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